Nuestro viñedo se ubica en Barrancas, Maipú, a 750 metros sobre el nivel del mar, en un paisaje surcado por cañadones y saltos, y enmarcado por la imponente presencia de la cordillera de Los Andes, que le otorgan una belleza especial. Sus suelos aluvionales y pedregosos son regados por aguas provenientes del río Mendoza. Días soleados y cálidos dan paso a noches frescas, otorgando una amplitud térmica óptima para el desarrollo de la vid. Las precipitaciones anuales rondan los 200 mm anuales.
Hemos sido inspirados por el crisol cultural de la alquimia al definir nuestro enfoque hacia la viticultura: usar la diversidad y riqueza de los micro-terroirs, y su expresión a través de diferentes cepas icónicas y emergentes, como un catalizador de las excelentes condiciones que ya ofrece Mendoza. Creemos que el terroir se expresa a través de las vides y no al revés. Nuestras vides son el vehículo y la esencia está en la alquimia de los elementos fundamentales que la naturaleza nos ofrece.
Realizamos una micro-gestión de nuestros viñedos, cuidando cada detalle, y enfocamos nuestro trabajo con un criterio de calidad sin límite, con respeto, humildad y pasión, para que el quinto elemento, nuestros vinos, sean simplemente sorprendentes.